Hablar de coaching es hablar de la vida misma, es entender que podemos lograr lo que deseamos desde lo que somos, o como lo diría la ontología, desde el ser. Hablar de coaching es pensar en el valor que tenemos nosotros de nosotros, es mirarnos al espejo, desnudarnos frente a él y comenzar a ver que somos para luego darnos el espacio de entender que somos, dejando siempre como base lo que quiero hacer todo eso que veo.
Mi camino en el coaching se remonta a mis primeros trabajos en las organizaciones donde un equipo otorgaba “coaching” a las personas que atendían un público específico, tras evaluar ese proceso de atención, y les confieso que siempre que algo me hace ruido, me comienza a dar vueltas, a resonar, comienza mi proceso de investigación, y tras par de lecturas entendí que eso que hacia el equipo de calidad de la organización era un feedback, por más que hablé con quien era mi jefe y le insistí en que eso no era coaching, hoy día siguen llamándolo de la misma forma. Por mi parte no podía quedarme con esa y compre N cantidad de libros de coaching, compañeros también lo hacían y aprendíamos en comunidad, en tribu.
¡Hasta que el día llegó! Una compañera que cambiaron de sede nos contó que es coach certificada, mis ojos volaron y la pregunta no tardó en llegar, ¿Cómo lo hago? ella nos dio las coordenadas de la escuela, y heme acá un poco más de 4 años después certificado como Master Coach and Trainer.
El coaching cambió mi vida, es un antes y un después, sobre todo porque siempre me consideré una persona visual ya que hago teatro desde los 11 años, y desarrolle la escucha activa, el identificar cuando creo un juicio sobre algo o alguien, pero sobre todo mis creencias, ese baúl que llevamos durante toda la vida, en teatro la caja de herramientas, que lo vamos llenando con las vivencias y lo que para cada uno son afirmaciones de vida.
No con esto quiero decir que tengo la vida perfecta, que no juzgo o que no sostengo algunas creencias limitantes en mi vida. Lo que quiero decir es que ahora tengo las herramientas, recursos para identificarlas más rápido, y si no siempre estará un coach para apoyarme, si! los coaches también tenemos coaches, o es que por tener un certificado ¿tengo súper poderes? No, tengo herramientas para hacerme consciente de mí mismo y de lo que me rodea.
Por esto creo que el coaching se voltea a estar en una posición más firme en el mundo, ya nos reconocen, existen organizaciones y federaciones que respaldan nuestra gestión al acompañar a una persona o grupo de personas a reconocerse para lograr eso que anhelamos, siempre partiendo de esa pregunta poderosa, nuestra mejor herramienta. Dejando de vernos como un fraude, o come flores, para vernos como lo que somos, personas que tenemos un conocimiento que nos permite obtener el máximo potencial de las personas.
En el libro de Oliver González, “Fortaleza Mental ¿Cómo adquirirla?” él nos deja la siguiente frase el día que tomas la decisión, es el día en que toda tu vida cambia. Esto me lleva a pensar en cuánto podemos andar por el mundo sin tener clara la decisión que debemos tomar, que impacte en la vida que queremos, es como el ajedrez, no puedo mover una pieza por solo moverla, sin ser conscientes que eso impactará más adelante. Comento esto porque creo que tener un coach es fundamental para lograr hacer esos cambios que quiero y no porque me dé la solución sino porque me permita expandir las opciones que tengo por mí mismo, que puede ser desde accionar o aprender algo nuevo.
No somos máquinas que traen un manual bajo el brazo que nos dirá cómo ejecutar cada cosa en la vida, debemos ir explorando, expandiendo nuestros conocimientos para sentirnos seguros de lo que somos y a dónde vamos, siendo conscientes de que sentimos y cómo me impacta en mi vida, creándome la pregunta
¿Quiero mantenerme así? O si pudiera añadir algo más a tu vida ¿Qué añadiría?
Rafael Pachano
Dir Data y Venta de RDV / Master Coach and Trainer. / Creativo
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